Crucero por Alaska - TRACY ARM Y GLACIAR SAWYER
Publicado el 10 de octubre de 2015 por Alicia.


Muy temprano, a las 9 de la mañana el Statendam hizo su entrada en el fiordo de Tracy Arm. Un fiordo estrecho, rodeado de altas montañas y con aguas de color turquesa. El día no era espectacular, bastante nublado pero sin lluvia. La temperatura, muy baja, alrededor de los 6 grados que con la humedad hacía que el frío se calara en los huesos. Pero nada puede impedir disfrutar de un espectáculo de la naturaleza de tales dimensiones.


Ya desde la entrada en el fiordo se empezaron a ver bloques de hielo de un azul intenso y de distintas dimensiones, que flotaban alrededor del barco. La visión es una maravilla. Vegetación muy verde por las montañas en contraste con el hielo y el color del agua mientras el barco avanza lentamente hacia el glaciar Sawyer por los recovecos del fiordo. Cada vez que gira el barco para seguir el tortuoso camino nos muestra un escenario todavía mejor. Cada vez vamos viendo más bloques de hielo desprendidos del glaciar y algún barco que se ve diminuto al lado de algunos de los témpanos que se cruzan en nuestro camino.



La gran ventaja del Statendam es que tiene una cubierta de paseo por la que se puede circular alrededor de todo el barco y eso permite moverse con facilidad sin aglomeraciones entre los pasajeros, para que todo el mundo pueda disfrutar del espectáculo.
También se puede acceder a la proa del barco y a la parte superior de la proa con lo cual aumenta todavía más la oferta de lugares para observar esta maravilla.


Holland America ofrece durante la travesía un puré de guisantes caliente que viene muy bien para combatir las bajas temperaturas.
Pero nada importa. No importa que se hielen los dedos de la mano aún llevando guantes por intentar tomar todas las fotografías posibles y desde todos los ángulos. No importa porque cuando finalmente el barco queda frente al glaciar Sawyer se siente una especial emoción ante tanta belleza. Aquel día el glaciar estaba especialmente “activo” y se pude ver en varias ocasiones el desprendimiento de placas de hielo con el consiguiente estruendo, un ruido atronador que bien parece que te encuentres en medio de una gran tormenta.



Durante toda la travesía del fiordo y también mientras el barco permanece parado frente al glaciar, una narración en inglés va dando datos sobre el glaciar y también de todo lo que se va viendo, avisando de los desprendimientos y de la fauna que hay alrededor. Había muchas focas sobre los bloques de hielo más cercanos al glaciar que, aunque resultaba difícil diferenciarlas, se pueden apreciar perfectamente en las fotografías.



Y para finalizar sólo decir que creo que es uno de los días de crucero más especiales, más bonitos y que más se disfrutan por lo bello que es el entorno que te rodea. En total, siete horas para poder contemplar una verdadera belleza de la naturaleza.

Aquí os dejo más fotos para que podáis disfrutar de este magnífico lugar.

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