Crucero Transatlántico. De Barcelona a Santos.
Publicado el 23 de mayo de 2016 por Alicia.


En Noviembre de 2009 realizamos un crucero transatlántico desde Barcelona hasta Santos en Brasil. Es uno de los cruceros que me traen mejores recuerdos a pesar de que el viaje lo realizamos en el malogrado Costa Concordia. Quizás el hecho de que no hubiera ningún contratiempo, que todo más o menos saliera perfecto, que la ruta resultaba muy atractiva y que el clima nos acompañó bastante, hizo de este crucero uno de los que más me ha gustado.


El Costa Concordia era un gran barco, uno de los mayores con los que contaba la compañía en aquella época y a pesar de su estridente decoración, resultaba un barco cómodo para este tipo de travesía.
Su distribución era la habitual en los barcos modernos de Costa. Dos restaurantes que ocupaban dos cubiertas, uno situado en la parte central y otro en popa, un amplio bufet repartido en dos cubiertas que contaba a diario con especialidades de diferentes países, un teatro de tres alturas, un magnífico y amplio Spa con todo tipo de tratamientos, camarotes estándar de los cuales un gran número de ellos, cuentan con balcón y varias cubiertas en las que se podía encontrar numerosos espacios especialmente diseñados para el ocio y la diversión de los pasajeros. Además, el Costa Concordia fue el primer barco en contar con un simulador de Fórmula 1 a bordo.
Más adelante os pondremos un amplio reportaje fotográfico del barco para aquellos que quieran recordarlo o para los que quieran saber cómo era.


Ya había viajado con anterioridad en el Costa Concordia por el Mediterráneo pero en esta ocasión se trataba de una travesía trasatlántica desde Barcelona a la ciudad de Santos en Brasil por un total de 17 días, ese tipo de cruceros que como ya os comentamos, nos gustan mucho.
En realidad, el barco había comenzado su singladura en la ciudad de Savona, puerto italiano del Mediterráneo y sede central de la mayoría de los barcos de Costa pero nosotros embarcamos en Barcelona.
El embarque se hizo en la terminal de Palacruceros de manera muy ordenada y rápida, aunque también hay que tener en cuenta que el número de pasajeros era muy bajo. El barco llevaba la mayoría de su pasaje de origen brasileño seguido de pasajeros alemanes, españoles y franceses y al contrario de lo que es habitual en esta naviera, en esta ocasión los italianos eran una pequeña minoría.  También hay que tener en cuenta que el barco no iba lleno con lo cual, en barcos tan grandes y que tienen una capacidad de pasaje superior a las tres mil personas, supone tener un viaje muy tranquilo, con poco bullicio y con mucho espacio en cualquier parte del barco.


La tripulación del barco es, en su mayoría, de origen brasileño aunque, por supuesto y como es habitual en Costa Cruceros, se puede encontrar personal que hable en varios idiomas. La atención por parte de los miembros de la tripulación fue impecable en todo momento. Durante el crucero, la representante para pasajeros de habla hispana se encargó de organizar una visita a las cocinas del barco.
La gastronomía a bordo estuvo muy bien. El bufet funcionaba durante todo el día y hasta altas horas de la noche por lo que era imposible quedarse sin comer en el barco. En aquella época todavía pudimos disfrutar en un par de ocasiones de un bufet de medianoche, costumbre que hoy en día prácticamente se ha perdido en todas las compañías
Los componentes del equipo de animación son los encargados de conseguir que el pasaje esté distraído a todas horas durante el crucero. Juegos en la piscina, manualidades, competiciones deportivas, entretenimiento en los distintos salones por las tardes, juegos de preguntas y respuestas y entretenimiento y baile por la noche. Además, en esta ocasión, contaban con dos parejas encargadas de los bailes de salón que enseñaban diferentes bailes durante el día e invitaban a bailar a los pasajeros por la noche.


Realizaron una gran fiesta de celebración del paso del Ecuador, un bautismo de mar oficiado por el Capitán del barco acompañado del dios del mar, Neptuno. Una fiesta divertida en la que además disfrutamos de un tiempo excelente como en casi toda la travesía.
Los espectáculos estuvieron enfocados al folclore autóctono de los lugares de escala, sobretodo, en las que se realizaron en Brasil.
Nuestra ruta empezaba en Barcelona con escalas en Gibraltar, Lisboa, Funchal, Recife, Maceio, Salvador de Bahía, Ilheus, Río de Janeiro y Santos y entre estas escalas, varios días de navegación. En esta ocasión y por motivos de seguridad, decidimos realizar todas las escalas de Brasil con la naviera. No conocíamos el país y no sabíamos como nos íbamos a poder desenvolver por nuestra cuenta. Eso unido a las recomendaciones de seguridad, nos hicieron decantarnos por la excursión organizada. La verdad es que no nos arrepentimos en absoluto de la elección porque todas las excursiones fueron perfectas, la asistencia  por parte del personal de Costa, inmejorable y el nivel cultural y lúdico de las excursiones era exactamente el que se ofertaba.


En Gibraltar, dadas las dimensiones reducidas del lugar, resulta sencillo dar un paseo por su calle principal y disfrutar de las compras. También se puede tomar el teleférico para subir a la roca y contemplar las vistas del estrecho. En nuestro caso, nos limitamos a un simple paseo.


En Lisboa el barco atracó muy cerca del puente 25 de abril y a mitad de camino entre el monumento a los descubridores, el Monasterio de los Jerónimos y la torre de Belén y la plaza del Comercio, puerta de entrada al centro de la ciudad. Lisboa es una ciudad muy monumental y resulta muy agradable recorrer sus calles en el centro antiguo, pasear en sus tranvías o subirse en alguno de sus ascensores para ver la belleza de la ciudad. Nosotros intentamos aprovechar bien el día y recorrimos a fondo la ciudad.


En Funchal, ciudad que ya habíamos visitado en otras ocasiones, recorrimos su bonito centro urbano. Entonces todavía no estaba construída la nueva terminal de cruceros que hay hoy en día.
Funchal fue el último punto en Europa en el que tocamos tierra antes de llegar a tierras brasileñas y después de cinco días de navegación relajantes y con un clima inmejorable.


Y llegamos a Recife, una ciudad bastante moderna que cuenta con una playa muy grande y una zona residencial de nivel bastante elevado. Pero el verdadero atractivo de esta escala reside en una ciudad colonial que se encuentra muy cerca y que se llama Olinda. Nuestra excursión nos llevaba a visitar esta bonita ciudad situada en una zona más elevada  y que ofrece unas excelentes vistas sobre el mar y la ciudad de Recife y luego un breve paso por esta última. El barco atracó en un puerto que está muy alejado de todo. Costa proporcionó un servicio de autobús para llegar al centro de la ciudad de manera gratuita y esto es algo que se repitió en casi todos los puertos brasileños.




Maceió tiene fama de ser el lugar que tiene las playas más bonitas de Brasil y debe ser cierto porque sus playas son inmensas, de arena blanca y fina, poco profundas e ideales para el baño. Nuestra excursión fue a una de sus playas y nos encontramos, además de una magnífica y extensa playa, todo tipo de servicios para el turista, tiendas, baños, duchas, terrazas y bares para saborear las deliciosas caipiriñas. Las aguas color turquesa invitan al baño y a la contemplación del magnífico paisaje que rodea Maceió.


Salvador de Bahía era junto a Rio de Janeiro una de las escalas más esperadas del  crucero. En Salvador la terminal de cruceros se haya muy cerca del centro histórico de la ciudad y se puede acceder a el de manera cómoda y fácil. La  ciudad cuenta con una parte baja donde se puede aprovechar para realizar compras en el Mercado Modelo y una parte alta con un centro histórico lleno de joyas arquitectónicas, calles empedradas y edificios coloristas. Nuestra excursión nos permitió visitar el centro histórico y también las playas y otros puntos interesantes de esta bonita ciudad.




En Ilheus nuestra excursión nos permitía la visita a esta pequeña ciudad cuya principal industria es el cultivo del cacao y además, pudimos disfrutar de una de las magníficas playas en los alrededores. Un día muy completo.



Y llegamos a Rio de Janeiro. Mítica ciudad que teníamos muchísimas ganas de visitar pero que nos recibió con una intensa lluvia y una espesa niebla. Fue el único día del viaje donde no vimos el sol pero intentamos aprovecharlo al máximo posible.  Río es una gran metrópoli y  resulta difícil poder visitar todos sus rincones debido a que todos los lugares se encuentran muy dispersos por lo que se hace imprescindible contar con algún medio de transporte para desplazarse. A pesar de ello, las horas de duración de la escala permiten visitar aquellos lugares más emblemáticos de la ciudad. La ciudad de Rio está situada en una bonita bahía y vale la pena ver la entrada del barco en ella porque pasa muy cerca del Pan de Azúcar. La terminal está ubicada en un bonito edificio y situada en una zona céntrica de la ciudad.



Santos fue la última escala. Es un puerto muy grande y también muy importante en el país. Tiene una gran terminal, bien preparada para el ajetreo de embarque y desembarque de pasajeros ya que muchos son los cruceros que hacen escala en esta ciudad.
El desembarque se realizó de manera muy ordenada. Los camarotes debían abandonarse a las 08.00h. Cada grupo, dependiendo de la hora del vuelo o bien de la excursión que realizaran, era convocado en un lugar del barco hasta el momento en que se permitía descender a tierra.


En nuestro caso realizamos una excursión panorámica por Sao Paulo antes de trasladarnos al aeropuerto y eso sólo era posible para pasajeros que tuvieran la salida del vuelo más tarde de las 20.00h.
Desde Santos a Sao Paulo se puede tardar entre una hora y media y dos horas en función del tráfico. La carretera discurre por  numerosos viaductos que ascienden por la montaña desafiando la ley de la gravedad. La ciudad de Sao Paulo es una inmensa metrópoli. Grandes rascacielos que se pierden en el horizonte que contrastan con algunos edificios históricos que muestran los vestigios de su pasado colonial.


Al igual que de otros cruceros que os hemos hablado, iremos comentando con detalle las escalas de este crucero más adelante.
Y esta fue nuestra experiencia en el crucero transatlántico que realizamos desde Barcelona a Santos, un magnífico viaje lleno de cultura, de historia y de paisajes espectaculares. Un verdadero placer para los sentidos y un crucero totalmente recomendable para aquellos que quieran disfrutar de unos días de navegación y de las bellezas de Brasil.



Crucero de reposicionamiento. De Marsella a Dubai.
Publicado el 18 de mayo de 2016 por Alicia.


Ya os hemos hablado de los cruceros transatlánticos y de cómo nos gustan por ofrecer la oportunidad de conocer nuevos lugares y al mismo tiempo disfrutar del barco en alta mar.
Pues bien, otro tipo de cruceros al que también somos muy aficionados son los cruceros de Reposicionamiento, muy parecidos a los  transatlánticos ya que son de larga duración pero que puedes encontrarlos en cualquier lugar del mundo y en cualquier ruta.
Tienen, al igual que los cruceros transatlánticos la ventaja de poder disfrutar tranquilamente del barco y la navegación relajadamente y permiten también conocer nuevos lugares, algunos de ellos poco conocidos.


En noviembre de 2014 decidimos embarcar en el Costa Serena, un barco de buen tamaño, ya conocido por otra ruta que realice por Canarias y que, a pesar de su colorista decoración, resulta un barco muy cómodo por su distribución. En este caso, el Costa Serena se iba a posicionar en Emiratos Árabes para realizar cruceros de una semana en esa zona.

Nuestra ruta empezaba en Marsella y el destino era Dubai con escalas en Savona, Nápoles, Catania, pasó por el Canal de Suez, Aqaba, Eilat, Safaga, Salalag, Muscat, Al Fujairah, Abu Dhabi y finalmente, dos días en Dubai. Hubo un par de cambios sobre la ruta por motivos de seguridad y es que se anularon las escalas de Alejandría y Sharm el Sheikh que se cambiaron por las ya mencionadas Catania y Eilat. Nosotros particularmente, ya estamos acostumbrados a los cambios de ruta pero en este caso concreto, salimos ganando con el cambio.
En cualquiera de los casos, nos pareció una ruta muy interesante y ese fue el motivo de la elección. En total, 23 días de crucero que no está nada mal.


Sobre la ruta, simplemente decir que fue una maravilla visitar todos esos los lugares. Savona es una escala de trámite ya que allí es donde embarca y desembarca el grueso del pasaje. La ciudad es pequeña pero siempre vale la pena dar una vuelta por sus calles para admirar la arquitectura. 


Nápoles es una vieja conocida, visitada en numerosas ocasiones, pero a la que siempre nos gusta volver, pasear y descubrir nuevos rincones.
No conocíamos Catania y nos sorprendió gratamente a pesar de no poder prepararnos la escala con antelación ya que fue una de las que se cambiaron sobre la marcha.


En Eilat decidimos realizar una excursión con la naviera para visitar Masada y darnos un baño en el Mar Muerto. 


La escala de Aqaba la aprovechamos para realizar una visita de todo el día a Petra, lugar legendario y donde os recomiendo ir algún día. Esta excursión la realizamos también con la naviera pues al igual que en Eilat, las distancias son muy largas (hay unas dos horas de trayecto de ida y otras dos de vuelta) y en esos casos preferimos asegurar nuestra vuelta al barco. Con esas distancias, cualquier fallo en medio del desierto, puede hacer que se pierda el barco y no queríamos preocuparnos. Nuestro objetivo era disfrutar al máximo.


Pasamos el canal de Suez durante la noche avistando la ciudad de Suez a primera hora de la mañana y navegando relajadamente hasta nuestro siguiente destino, Safaga en Egipto. Esta escala se realiza fundamentalmente para que los cruceros puedan realizar excursiones a la maravillosa ciudad de Luxor, una excursión también muy larga pero que para quien no ha visitado Egipto, seguro que es imprescindible. En nuestro caso, no nos bajamos del barco. Visitamos hace ya unos cuantos años Egipto al completo y a pesar de que la ciudad vale la pena más de una visita, realizarla después de un largo viaje de autocar para solo pasar unas pocas horas en la visita, no nos compensaba. Ese día disfrutamos del barco para nosotros solos.


Nuestra siguiente escala, Salalah, que ya se encontraba en Omán. Salalah es un pequeño pueblo de pescadores, con poco atractivo y con un puerto bastante alejado del centro de la ciudad. De nuevo optamos por una excursión de la naviera por simple comodidad y realmente aprovechan bien la ruta para mostrar los lugares de mayor interés. Un buen lugar para realizar compras y también para disfrutar de su magnífica playa.


Muscat, una gran ciudad, con una ubicación inmejorable y con una orografía que la hace atractiva y al mismo tiempo misteriosa. Recorriéndola se encuentran numerosos recovecos que muestran lugares de fisonomía muy diversa. Cuenta con una magnífica mezquita que es de visita obligada. En esta ocasión optamos por tomar el autobús turístico. Se puede tomar en el mismo puerto, al bajar del barco y permite visitar todos los lugares importantes de la ciudad a excepción de la mezquita a la que hay que ir en taxi. Nos gustó Muscat.



Al Fujairah forma parte de los emiratos pero no cuenta con tantos atractivos como sus vecinos. Aquí de nuevo optamos por una excursión de la naviera para descubrir la ciudad a fondo.


En Abu Dhabi volvimos a tomar el autobús turístico. Resulta muy cómodo pues, además de llegar hasta el lugar más emblemático de la ciudad, la gran mezquita, tiene dos circuitos diferentes y con uno de ellos se puede llegar al Ferrari World y al circuito de Fórmula 1. Muchas cosas para una sola escala pero es una posibilidad para visitar los lugares más importantes de la ciudad.




Y por último, Dubai, donde el barco hacía noche y permitía visitar la ciudad durante dos días. En nuestro caso, lo aprovechados al completo pues nuestro vuelo de regreso partía bien entrada la noche. Una vez más, tomamos el autobús turístico para los dos días que permite visitar muchas cosas, ofrece entrada gratuita al museo de la ciudad, un paseo por el Creek y también disponen de un autobús lanzadera que enlaza con el aeropuerto. Bien combinado, permite hacer muchas cosas.



Más adelante os hablaremos con detalle de todas estas escalas que son muy interesantes y atractivas.

Respecto al barco, estaba en muy buen estado de conservación. Su decoración es algo estridente como muchos de los barcos de Costa pero dispone de amplios salones donde se pueden realizar diversas actividades de día y durante la noche. El servicio fue bueno al igual que la gastronomía y como siempre quiero destacar la animación del barco que en Costa suele ser muy variada y permite realizar actividades muy diversas y para todos los gustos.
Tanto el embarque en Marsella como el desembarque en la impecable terminal de cruceros de Dubai funcionaron correctamente. En Marsella embarcaba poca gente porque en realidad el crucero comenzaba en la siguiente escala, Savona y eso hizo que fuera muy rápido. En Dubai, la nueva terminal que justo inauguraban aquel día, ofrece todo tipo de servicios para el crucerista y el personal es muy atento.



Como conclusión, deciros que un crucero de reposicionamiento puede significar una opción muy interesante por la ruta que realice. Si a eso añadimos que el barco o la naviera nos resulten atractivos, podemos conseguir una combinación perfecta para pasar unos días de crucero magníficos. Son varios los barcos que realizan este tipo de rutas durante el año, cuando las compañías trasladan algunos de sus barcos para posicionarlos en una zona distinta y si se puede, vale la pena aprovechar la ocasión.



Crucero Japón - NAGASAKI
Publicado el 16 de mayo de 2016 por Antonio.

Históricamente, la ciudad de Nagasaki, situada en la costa oeste de Kyushu, ha sido un importante puerto y centro de comercio con países extranjeros. Durante los 300 años de cierre del país, período conocido bajo el nombre de sakkoku, fue el único punto de acceso para los bienes y la cultura occidentales.



Tristemente famosa, al igual que Hiroshima, por los horrores de la bomba atómica, hoy en día Nagasaki es una ciudad moderna, con una industria naval y pesquera floreciente muy conocida por su artesanía relacionada con el mar, con perlas cultivadas, caparazones de tortugas o coral.




Los barcos de crucero atracan en Matsugae Pier relarivamente cerca del centro de la ciudad y lo mejor para moverse por la ciudad son sus encantadores tranvías, llenos de nostalgia la mayor parte de ellos.




Se accede por la parte posterior del tranvía y se sale por la parte delantera, donde está la máquina de pago junto al conductor.




Nuestra ruta empieza en el parque de La Paz y para llegar allí cogemos el tranvía (línea verde) en la parada 50 cerca del barco, bajamos en la parada 31 Tsukimachi, para cambiar a la línea azul y bajar finalmente en la parada 19 Matsuyamachi 




en el parque de La Paz.



Nuestra llegada al parque coincidió con un chaparrón torrencial, que manera de llover, en un minuto desaparecimos turistas y oriundos para refugiarnos en el primer sitio que pudimos, afortunadamente duró solo unos minutos, pero la tónica del día como podéis ver en la fotos fue la lluvia




El parque está construido en los alrededores del punto cero donde cayó la bomba atómica, en una amplia zona abierta con diversas fuentes y memoriales entre los que destaca la escultura Memorial de La Paz, al fondo del parque




A escasos 200 metros, al sur, del parque de La Paz se encuentra hipocentro donde cayó la bomba atómica, aquí entre otros símbolos, como el obelisco negro que honra a los muertos, 




podemos contemplar la estatua que representa a una madre, sosteniendo a un bebé muerto, con un vestido del que nacen flores.




En la placa del pie se leen estas cifras : 1945 8.9 11:02 . 9 de Agosto de 1945 a las 11:02 minutos, el momento exacto en el que cayó la bomba atómica en esta ciudad.


Desde aquí nos dirigimos a la Catedral Urakami, que se encuentra a cinco minutos a pie desde el parque de la Paz. La catedral está totalmente reconstruida y a un lado, junto al riachuelo, aun se encuentran los restos del campanario original






Volvemos sobre nuestro pasos para visitar el Museo de La Paz, este museo, el museo de la Bomba Atómica y el museo Noguchi Taro Fine Arts, están uno junto a otro.






El Museo de La Paz es un centro de homenaje a las víctimas de la explosión nuclear, además de un lugar educativo donde se puede aprender sobre todo lo relacionado con el tema. Su objetivo es la exaltación de la paz y del desarme nuclear.




Al lado del museo está la Sala nacional de la paz de Nagasaki en memoria de las víctimas de la bomba atómica




Las tiras de colores que se ven son grullas de papel entrelazadas, simbolizan la esperanza y según la tradición, si doblabas mil grullas se te concedía un deseo

Volvemos al tranvía, subimos en la parada 20 Hamaguchimachi (línea azul o roja hacen el mismo recorrido) y bajamos en la parada 26 Yachiyomachi donde se encuentra el Monumento a los Mártires Cristianos.



El Monumento a los Mártires Cristianos fue construido, en 1962, en el pequeño monte Nishizaka, Conmemora el centenario de la canonización de los 26 mártires cristianos que fueron ejecutados en Japón en 1597 por profesar y difundir el cristianismo, en una época en la que Toyotomi Hideyoshi deseaba instaurar de forma definitiva el budismo. Fueron 20 Japoneses, cuatro misioneros españoles, un mejicano y un indio. Junto al monumento hay un pequeño museo y una singular iglesia, la St.Phillips Church, que está parcialmente cubierta por la técnica del "trencadis" tan utilizada por Gaudí 



Ahora caminamos por las estrechas calles sin acera hacía un magnifico templo, en el camino encontramos algunas curiosidades, desde centro de masaje, 



hasta parkings "multiespacio", está claro que el terreno es escaso y hay que aprovecharlo al máximo.




Fukusai-ji temple es tiene una espectacular imagen de la diosa Kannon de 8 metros de altura sobre una tortuga, aunque no es visible hasta que no estás en el templo ya que, las estrechas calles que lo rodean hace que no se pueda apreciar de lejos.




Situado en una colina a 34 metros de altura,  originalmente fue construido en 1613 por emigrantes chinos pero esa primera edificación quedó reducida a escombros con la bomba atómica. Anteriormente había sido uno de los templos más grandes, considerado tesoro nacional.




Lo que hay actualmente, no es más que una pequeña representación de lo que fue en su día el templo que data de 1979. 




Como curiosidad, en el interior hay un péndulo de Foucault, utilizados para demostrar la rotación de la tierra.




De nuevo al tranvía, línea azul, subimos en Nagasaki Station y bajamos en la parada 32 Nishi-hamanomachi




La zona de Hamanomachi es el centro comercial más importante de Nagasaki, y uno de los más grandes de su tipo en Japón, cuenta con varias galerias cubiertas y luego se ramifica por numerosos callejones de tiendas







Aquí podemos encontrar oficios ya perdidos en occidente como esta tienda de paraguas donde aún se reparan 




Al salir de Hamanomachi, se cruza un pequeño canal y entramos en Chinatown.




El barrio chino de Nagasaki no es especialmente grande, pero está muy aprovechado y hay de todo sobre todo oferta gastronómica y restaurantes




Nuestro mejor aliado ha sido sin duda el tranvía, subimos en la línea verde y bajamos en la parada 50 OuraTenshudo Shita




A unos cinco minutos a pie desde la parada del tranvía está la iglesia católica Oura, se construyó en memoria de los 26 mártires cristianos y está considerada la iglesia cristiana más antigua de pie en Japón (1867) con hermosas vidrieras es de estilo neo-gótico. Es el único edificio occidental clasificado como Tesoro nacional.



Como siempre el tiempo manda y "no hay tiempo para más", volvemos al barco donde, en el puerto, nos espera una orquesta de jóvenes para despedir nuestra partida.




Zarpamos con el día igual que empezamos, nublado y con amenaza de lluvia, el barco se aleja y el cielo va perdiendo luz poco a poco.




Como en el resto de lo que llevamos visitado hasta ahora de Japón, me llevo un bonito recuerdo de Nagasaki, el día lluvioso nos ha permitido ver la ciudad con otros ojos, no todo son sólo los colores brillantes, Nagasaki brilla aun en los días grises como hoy, bonita, entrañable, con esa mezcla de pasado, presente y futuro que tan bien combinan los japoneses.

Espero que os guste tanto como a mí