Cruceros Transatlánticos. De Miami a Barcelona.
Publicado el 08 de mayo de 2016 por Alicia.


Estamos en la época de los cruceros transatlánticos. Los meses de marzo y abril junto con los de octubre y noviembre suelen ser los habituales para este tipo de cruceros donde las compañías reposicionan sus barcos. En primavera vemos como los barcos posicionados en el continente americano vienen hacia Europa para la temporada de verano y en otoño vemos como de nuevo los barcos posicionados por Europa regresan a América para pasar la temporada de invierno en aguas más cálidas.
Nosotros somos unos grandes aficionados a este tipo de crucero porque permite realizar escalas que no se visitan en otro tipo de cruceros y además, al ser cruceros largos y con muchos días de navegación, también permiten disfrutar del barco, de las instalaciones, de las actividades, de la gastronomía y sobre todo, del mar.



Mi primer crucero transatlántico lo realicé entre Miami y Barcelona.
El barco elegido, el Voyager of the Seas de Royal Caribbean. De eso hace ya nueve años pero me gustó tanto la experiencia que repetí en varias ocasiones. A pesar de tratarse de cruceros que cruzan el océano Atlántico, las rutas pueden ser muy diversas. Lo más habitual es que estos cruceros unan ciudades como  Miami, Fort Lauderdale u alguna otra ciudad norteamericana con ciudades españolas o italianas y también algunas del norte de Europa como Southampton o Copenhague. Pero no debemos olvidarnos de los cruceros que realizan rutas entre el norte de Europa y Canadá o los que unen Europa con Sudamérica.



Nuestro crucero empezaba en Miami y como siempre, antes de embarcar, pasamos unos días recorriendo la ciudad, ciudad que habíamos visitado en varias ocasiones anteriores y que nos encanta sobre todo para ir de compras.
Miami es una ciudad muy amplia. Sus barrios están bastante dispersos y lo ideal es disponer de un vehículo propio para moverse con toda libertad. Afortunadamente tienen buenas vías de comunicación, grandes autopistas gratuitas que permiten trasladarse a grandes distancias en muy poco tiempo.
A parte de visitar lugares míticos como pueden ser Miami Beach y su distrito Art Decó, Coconut Grove, Coral Gables, el Downtown o Little Habana, en Miami y alrededores se encuentran numerosos centros comerciales o Malls que ofertan todo tipo de artículos, muchos de ellos a precios más bajos de los que podemos encontrar en nuestro país. Las prendas de marcas conocidas suelen ser más económicas y por este motivo, aprovechar nuestro viaje a Miami para ir de compras, siempre es una buena idea.



El puerto se encuentra en una zona bastante céntrica y se puede acceder mediante servicios de autobús lanzadera desde el aeropuerto, mediante los autobuses lanzadera gratuitos de las empresas de alquiler de coches si hemos alquilado uno y si disponen del servicio o bien, en taxi.
El Voyager of the Seas es un barco bastante grande. Eso, a la hora de realizar un crucero transatlántico significa que ofrece mucha mayor diversidad de opciones durante la travesía. Tiene un gran número de salones diferentes, la zona exterior y de piscinas es amplia y las actividades también son muchas. Todo ello es muy importante pues como ya he comentado son bastantes los días de navegación y en ellos podemos dedicarnos a realizar actividades distintas. Claro está, siempre podemos optar por el relax, descansar, leer o cualquier otra actividad pero disponer de distintos ambientes para estas actividades, es muy conveniente para eludir la monotonía.



Cuando realizamos el crucero el barco estaba en perfectas condiciones, el servicio era estupendo, muy buena gastronomía a bordo y la animación, excelente. No hubo lugar para el aburrimiento y disfrutamos de unos días muy entretenidos.
A pesar de que el día de embarque en Miami estaba bastante nublado e incluso llovió a la salida del puerto, el clima durante la travesía fue bastante bueno y nos permitió disfrutar de los exteriores del barco.



El embarque no fue excesivamente rápido porque había que hacer el trámite de salida de USA y eso es, en ocasiones, tan entretenido como el de entrada. Recuerdo que hubo que hacer una cola para devolver la tarjeta que te dan al entrar en el país y sellar la salida en el pasaporte antes de poder embarcar y dado que eran muchos los pasajeros no estadounidenses, fue un poco largo. Aprovechado que hablamos de esto, quiero hacer hincapié en que es muy importante asegurarse de que se quedan la tarjeta, sellan el pasaporte o consta la salida de algún modo porque de lo contrario representa que no se ha abandonado el país y luego hay que hacer unos cuantos trámites para no tener problemas. Os lo digo desde nuestra propia experiencia.



Las escalas en esta ruta eran Bermudas, donde el barco hacía una noche, cinco días de navegación, Funchal, Gibraltar, Alicante y Barcelona con algún día de navegación entre las escalas. En total, trece días.
La ruta se vio algo alterada al no poder realizar la escala en Funchal. Un día después de abandonar Bermudas, un pasajero tuvo una indisposición grave por lo que tuvieron que cambiar el rumbo y deshacer el camino realizado para acercarnos todo lo posible a Bermudas y que un helicóptero realizara la evacuación en alta mar. Por este motivo y dado que se habían perdido muchas horas, el capitán decidió no hacer escala en Funchal y navegar directamente hacia nuestra siguiente escala, Gibraltar. A pesar de que nos hubiera gustado realizar la escala en Funchal, no nos molestó demasiado no hacerla porque eso significó navegar un día más y eso es algo que nos gusta mucho.



La llegada a Barcelona fue muy temprana y el desembarque sin problemas. Como siempre, la noche anterior dejamos el equipaje en la puerta del camarote y al día siguiente, a la hora prevista, según el color de la etiqueta de las maletas, había que concentrarse en el lugar indicado a la espera de que nos dejaran desembarcar.

En algún otro momento os hablaremos a fondo del barco y de las escalas y también os contaremos otras rutas que hemos realizado en cruceros transatlánticos y que nos dieron la oportunidad de descubrir lugares muy interesantes. De momento, esperamos que nuestro relato os anime a probar un crucero transatlántico y a disfrutar de una navegación más tranquila, con tiempo suficiente para disfrutar del barco y de todo lo que ofrece y al mismo tiempo, visitar algunos puertos de escala.




1 comentario:

  1. Confirmo las excelencias descritas en cuanto a los transatlanticos. Llevo realizados 4 (New Orleans - Barcelona, Barcelona - Santos/Sao Paulo, Galveston/Houston - Barcelona, Miami-Barcelona) y espero seguir haciendolos en un futuro.

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