Crucero Tesoros del Pacífico Sur - SYDNEY
Publicado el 06 de Febrero de 2017 por Antonio.

Sydney 22 de noviembre de 2016. Hoy embarcamos a medio día así que nos levantamos pronto para aprovechar la mañana y dar un paseo.

Como nuestro hotel está frente al Hyde Park, dejamos las maletas en recepción y caminamos apenas 50 metros hasta el Anzac Memorial, no se puede pasar junto a él sin admirar su figura, el estilo modernista de su arquitectura, las figuras adosadas a sus paredes y el estanque frente a la entrada principal forman un conjunto realmente bonito.






Avanzamos por el parque distrayendo la mirada en sus flores, plantas, pájaros y fuentes



descubriendo entre los árboles el skyline de los rascacielos que lo rodean, especialmente en su lado oeste donde destaca la torre de comunicaciones la Sydney Tower que con sus 309 metros de altura es la tercera más alta del hemisferio sur.


Llegamos al final del parque donde se emplaza la Archibald fountain, se trata de una gran fuente circular coronada por el dios Apolo.



Desde aquí se puede ver a izquierda la St. James Church y la Sydney tower 


y a la derecha la gran catedral de St Mary (no entramos porque tenemos previsto verla a la vuelta del crucero)


Continuamos caminando por Macquarie Street hacía el Royal Botanic Garden.

En la acera de la derecha se van sucediendo una serie de edificios históricos, uno a tocar del otro, The Barracs Museum, sólido edificio de ladrillos levantado por presos para albergar a los convictos que trabajaban para la administración pública.

A pocos metros encontramos The Historic Houses hoy convertidas en café bistro y detrás el edificio de la moneda The Mint.



 Si os fijáis en el suelo encontraréis una serie de placas conmemorativas que indican la presencia de estos edificios.


El siguiente es The Hospital, se trata de un conjunto de edificios comunicados por varias pasarelas y con patios interiores, frente al cual se erige el famoso Porcellino, repartidor de salud y buena fortuna. Hay que frotarle el hocico, que como podéis ver está brillante de tanta mano que pasa por él.



El último pero no menos importante en la esquina de Macquarie St con Shakespeare Pl. se encuentra la State Library, se edificó en 1826 y tiene el privilegio de ser la librería más antigua de Australia.



Cruzamos la calle para entrar en el Royal Botanic Garden. Esto extenso parque multiuso y multiespacio alberga ciclos de cine al aire libre, eventos, el conservatorio de música y la casa del gobernador por citar algunos y siempre está lleno de propios y extraños paseando por sus agradables caminos.


Nuestra primera intención era ver los murciélagos que duermen en los árboles cerca de la zona de Palm House, ya los vimos en nuestra primera visita en 2011, pero para nuestra sorpresa nos dicen que hace un par de años que han emigrado y ahora pasan el día durmiento en el Centenial park. Así que nos quedamos sin foto de nuestros amigos los "draculines".

Pero como todo en la vida es un continuo nacer y morir, ahora podemos ver The Calyx, inaugurado en junio de 2016. Se trata de una construcción con espacios interiores y exteriores multifuncionales de diseño vanguardista.


Seguimos atravesando el parque en dirección a Macquaire Chair, regalándonos la vista con sus parterres de flores y sus vistas de la bahía, la Opera house, el Harbour bridge y el propio skyline de Sydney. Juzgad vosotros mismos.






Finalmente alcanzamos la famosa Macquaire Chair. Este banco de piedra fue esculpido, por presos por supuesto, en 1810 para que, Elitzabeth, la esposa del gobernador Macquaire se sentara a ver pasar los barcos y contemplar las vistas de la bahía.


Hoy día es una visita obligada en este parque y siempre está llena de turistas que quieren hacerse una foto sentados en tan famosa "silla". Nosotros también por supuesto.


Desde este punto la pequeña Pinchgut Island está tan cerca que parece que puedas tocarla. En ella se localiza Fort Denison que como no podía ser de otra forma sirvió como fortaleza y prisión. Hoy día forma parte del parque natural del puerto de Sydney y se trata de un espacio protegido que se puede visitar.


Después de pasar aquí unos minutos y contemplar el entorno entiendes perfectamente a la señora Elizabeth, yo también podría pasar algunas tardes relajado en este rincón.




Hace un día espléndido, el sol brilla con intensidad y no hay una sola nube en el cielo, guay ¿no?, pues depende, ahora vamos a bordear la pequeña bahía que forma el parque, estamos en el  extremo oeste y vamos al extremo este, donde está la Opera House, la distancia aproximada es de 1,5 Km. pero no hay sombras, menos mal que estamos en primavera y no en verano porque el calor y el sol son de justicia.





Por cierto el parque está celebrando su bicentenario



Cuando llegamos a la Opera House es como un oasis, fresquito y con sombra.

No os voy a contar nada de esta singular, famosa y para mí preciosa obra de arte que es el edificio de la Opera de Sydney, venid a verla.








Para llegar al barrio de The Rocks hay que recorrer algunos metros más, nos sirve de guía el Writers walk, se trata del paseo que recorre Circular Quay entre la Opera y la Terminal de Cruceros que se encuentra justo en frente, en cuyo suelo hay placas conmemorativas que recuerdan a escritores famosos.






Al llegar a Circular Quay justo frente a los muelles de los ferrys encontramos un par de aborígenes que como veis, se han adaptado a los "tiempos modernos" y cuentan con altavoces y amplificadores para sus melodías.



Unos pocos metros más y encontramos el Museo de Arte Contemporáneo justo frente a la terminal de cruceros, el museo cuenta con dos edificios, uno antiguo y otro moderno unidos por el interior y desde su cafetería se tiene una bonita vista del puerto.



Finalmente alcanzamos nuestro último objetivo del día, The Rocks. Este antiguo barrio de Sydney está repleto de edificios representativos de la época, almacenes, comercios y viviendas. Si lo visitáis no caminéis solo por las calles principales, hacedlo entre los edificios, está llenos de pasillos interiores que comunican las viviendas y edificios uno con otro, con pequeñas escaleras que suben y bajan y pasadizos de menos de un metro de ancho que comunican las calles principales con las zonas interiores. Vale la pena dedicarle unas horas. Además si venís en fin de semana podéis pasear por sus famosos mercadillos.







El tiempo no perdona y es hora de volver al hotel y coger las maletas para embarcar, así que manos a la obra. 


Cogemos el metro en Circular Quay y bajamos en Museum station, que como ya sabéis está frente a nuestro hotel.

En esta ocasión nos toca embarcar en la White Bay Cruise Terminal que está bastante alejada del centro, así que recogemos maletas y cogemos un taxi hasta allí.


Como siempre os dejo un resumen de fotos del día por si queréis ver más.