Crucero por Sudamérica y Cataratas de Iguazú.
Publicado el 30 de diciembre de 2015  por Alicia.


Hace tiempo que teníamos este destino en nuestros pensamientos, es uno de esos viajes soñados que habíamos sopesado en varias ocasiones y que, por diversas circunstancias, nunca nos habíamos decidido a realizarlo. Pero en esta ocasión casi “sin pensar” y sobre todo, sin tiempo para preparar, decidimos viajar a tierras sudamericanas para visitar lugares emblemáticos y realizar un crucero escénico precioso navegando entre fiordos y glaciares. Todo un espectáculo visual y una ruta fascinante, llena de historia, cultura y lugares impresionantes.

Nuestro viaje empezó en Santiago de Chile, visitamos también Viña del Mar y Valparaíso donde embarcamos en un crucero de Holland America, el Zaandam, que nos llevó hasta Buenos Aires y desde donde volamos a Iguazú para admirar la belleza de sus cataratas antes de regresar de nuevo a casa.

En esta ocasión, hemos realizado los vuelos con Iberia. No ha estado mal, teniendo en cuenta que la última vez que había viajado con esta compañía el avión tenía unos asientos muy estrechos para tratarse de un vuelo de larga distancia. En esta ocasión han mejorado, sobre todo en el vuelo de regreso desde Buenos Aires al tratarse de un avión más moderno. En cuanto al servicio, ha sido correcto en todo momento y facilitan lo básico para este tipo de vuelos.


El traslado de Santiago de Chile a Viña del Mar lo realizamos en autocar de línea, un servicio muy cómodo y barato. Para ir de Buenos Aires a Iguazú, volamos a la ida con LAN y de regreso con Aerolíneas Argentinas. Sobre este último ya hablaré con más detalle pues nos lo anularon sin avisar y al enterarnos, por casualidad, nos colocaron en otro vuelo que salía media hora más tarde aunque luego, debido a las condiciones climatológicas, se retrasó bastante más.

Como ya he comentado, pasamos unos días previos al crucero visitando Santiago de Chile, una ciudad extensa al pie de los Andes, con rincones magníficos, con vistas maravillosas desde sus cerros y de la cual pudimos disfrutar en unos días soleados y bastante despejados para la habitual contaminación que dicen, suele envolver la ciudad.
Viña del Mar es una ciudad muy turística, con poco atractivo pero agradable. Es un lugar lleno de hoteles y restaurantes donde su mayor reclamo son las extensas playas bañadas por el Pacífico.
En cambio Valparaíso, una ciudad que a primera vista parece casi abandonada y con muchos de sus edificios en ruinas, nos sorprendió gratamente. Sus coloristas calles, decoradas hasta el último rincón, consiguen hacer de ella una ciudad alegre y curiosa para el visitante.


En esta ocasión, hemos hecho el crucero con el Zaandam, un barco más bien pequeño, muy parecido en dimensiones al Statendam con el que hice mi ruta por Alaska. Es un barco muy cómodo y accesible, con todo lo imprescindible y del que destaco fundamentalmente su iluminación, la enorme biblioteca, la cubierta de paseo que permite rodear todo el barco y una decoración impecable. A pesar de ser un barco que ya tiene unos cuantos años, se encuentra conservado en perfecto estado.  Cuenta con varios salones y bares, un restaurante principal y un par de restaurantes de pago, además de dos piscinas, una de ellas con cubierta retráctil, para protegerla cuando la climatología exterior es adversa. El servicio es muy correcto y el personal, muy amable. Facilitan el diario de a bordo en castellano y también los menús del restaurante. Hay personal de habla hispana a bordo con el que contactar en la oficina de atención al cliente. La animación no es excesiva pero suficiente para hacer pasar buenos ratos a bordo, sobre todo, en los días de navegación.


Hay comida a todas horas y aunque se regrese tarde de una excursión en tierra, siempre es posible comer algo en el barco. Nosotros teníamos turno fijo de cena pero en alguna ocasión fuimos a cenar al buffet para poder aprovechar mejor nuestra escala. Tanto en el restaurante principal como en el buffet,  la calidad de la comida es muy buena.

Realizamos el embarque en Valparaíso. Utilizan unos antiguos almacenes portuarios a modo de estación marítima que se encuentran bastante céntricos aunque ese no es el lugar donde se halla atracado el barco. Una vez se han realizado los trámites de embarque y se dejan las maletas de mayor volumen, se accede a un autobús que traslada a los pasajeros hasta el muelle correspondiente. Una distancia no demasiado grande que se realiza atravesando la zona portuaria y que no se puede hacer nunca por cuenta propia. En cualquier caso, están muy bien organizados y el embarque resulta fácil y rápido. Además, la cabina estaba disponible al abordar el barco.


El desembarco lo realizamos en Buenos Aires. La noche anterior habíamos dejado las maletas en la puerta del camarote antes de las doce y las recogeríamos en la terminal. Hay que bajar del barco a la hora asignada, sin esperar en ninguna zona común y se puede utilizar el camarote hasta el momento de desembarcar.
La terminal es bastante nueva, con tiendas, información turística y otros servicios. Hay una zona destinada al equipaje donde lo ordenan por los colores de las etiquetas para poder recogerlo.
Desde el muelle donde atraca el barco hasta la terminal, un autobús transporta a los pasajeros para salvar la corta distancia que los separa dentro del puerto.

La ruta del crucero es de catorce noches desde Valparaíso hasta Buenos Aires. Tiene escalas muy interesantes como Punta Arenas o Ushuaia que, por su ubicación, se consideran situadas en el fin del mundo y por su paisaje, las hace muy especiales. Pero el entorno os puedo asegurar que es realmente impresionante. La navegación entre los fiordos y glaciares chilenos es espectacular y llegar a Cabo de Hornos hace que el crucero se convierta en toda una aventura en tierras muy lejanas.
Como nota negativa, en nuestro caso y debido a la climatología, nos fue imposible desembarcar en Port Stanley, Malvinas. Una pena porque resultaba una escala interesante pero los fuertes vientos que teníamos desde hacía ya más de un día y que mecían el barco de tal manera que casi te caías de la cama por la noche, hicieron imposible el desembarco. Lo primero, siempre, la seguridad.


Una vez finalizado el crucero en Buenos Aires, recorrimos la gran ciudad argentina un par de días, visitando sus barrios más emblemáticos y disfrutando de su gente. Nos ha gustado Buenos Aires, tiene mil rincones que te sorprenden, la música está constantemente en el aire y su gastronomía es una delicia para los sentidos.


Volamos a Puerto Iguazú, en Argentina, para visitar durante dos días las cataratas. Un día lo destinamos a la visita desde el lado Argentino y el otro para realizar la visita desde el lado brasileño. Desde ambos lados simplemente se puede decir que es impresionante. Además, hemos podido ver las cataratas en su pleno esplendor, con muchísima agua debido al aumento de las lluvias provocado por el fenómeno de El Niño. Un espectáculo en sí mismo, totalmente recomendable porque la experiencia es única.
De regreso a Buenos Aires, todavía pudimos disfrutar de la capital argentina durante dos días más.


Para finalizar, sólo decir que las impresiones han sido muy buenas. Tanto la visita a las ciudades como el crucero y por supuesto Iguazú, hacen de la ruta, un viaje inolvidable. Resulta un recorrido  muy interesante tanto culturalmente hablando, como por el paisaje de la zona que es espectacular. La amabilidad de la gente y la ausencia de barrera idiomática, hace que sea muy fácil moverse y disfrutar de todas las maravillas que nos ofrecen esos países.

En breve empezaré a desgranar los detalles del viaje!!!
  
Crucero por Alaska - SITKA  
Publicado el 27 de diciembre de 2015 por Alicia.


La última escala en Alaska y eso significaba la última oportunidad para avistar fauna en la zona. Lo dejamos en manos del azar, esperando que el clima fuera favorable y hubo suerte, mucha suerte.
Sitka, situada en la isla de Baranof, es una bonita ciudad, extensa, que conserva también vestigios de su pasado Ruso y con algunos atractivos dignos de visita.
El barco fondea frente a la ciudad. El puerto no permite el atraque y por tanto, hay que desembarcar en los tender para llegar hasta él.
Como ya he comentado, durante todo el viaje la idea era realizar alguna excursión para avistar fauna local pero hasta entonces no lo habíamos hecho, bien porque los lugares visitados ya tenían muchas cosas para visitar o bien porque el tiempo no acompañaba lo suficiente como para animarse. También es verdad que no en todos los lugares se pueden avistar ballenas, que era nuestro principal objetivo, con lo que ya las opciones quedaban más reducidas.


Por este motivo y siendo Sitka la última escala en Alaska, nuestra decisión fue la de esperar al último momento y, si el día amanecía despejado contratar una excursión y si no era así, pues mala suerte y otra vez será.
Pero afortunadamente para nosotros el día amaneció espléndido y despejado, de los mejores del viaje y rápidamente fuimos a hacer la reserva a la oficina de excursiones del barco. Había una concretamente, de una duración de tres horas que ya habíamos revisado y que nos parecía muy adecuada para lo que nosotros queríamos hacer. Se podía realizar en dos turnos, a las ocho de la mañana y a las doce. Al tratarse de una reserva de última hora, sólo quedaba la posibilidad de tomar la excursión a las doce y así lo hicimos.
El día anterior, tal como suele hacer normalmente Holland, se entregaron los tickets para abordar los tenders. Hay que hacer cola en el punto de reunión que se indica y se entregan por orden de llegada por lo que hay que ir pronto si se quiere coger tickets para bajar temprano.
A la hora prevista de nuestro tender, bajamos a tierra para dar un paseo por la ciudad. Sitka tiene una calle principal, Lincoln st. y la recorrimos hacia el lado izquierdo donde se encuentran la mayoría de sus atracciones.


Lo primero que encontramos, nada más desembarcar es el Museo histórico de Sitka y el Harrigan Centennial Hall, lugar donde hay servicio de información turística. Muy cerca del puerto, la catedral Ortodoxa de St. Michaels, con una poco elaborada aunque  característica cúpula de cebolla, es el símbolo más notable del pasado ruso de la ciudad. Se puede visitar previo pago. Justo en frente se encuentra la iglesia Luterana de Sitka, gratuita y mucho más sencilla, tanto, que pasa casi inadvertida.
Si continuamos caminando por la calle principal, vamos a encontrar numerosos comercios de artesanía y recuerdos, bares y restaurantes. Es una zona muy animada y totalmente comercial con edificaciones coloristas y un lugar muy agradable para dar un paseo. Y como no, encontramos numerosas referencias a la fauna autóctona en forma de agradables muñecos en la puerta y en el interior de los comercios.


Algo más adelante se llega a la Pioneer Home, un bonito edificio junto a la Totem Square, donde como su nombre bien indica podemos encontrar un magnífico Tótem que la preside. Un espacio abierto al mar desde el cual regresamos de nuevo al centro de la ciudad por la animada Lincoln st en busca de algún lugar donde tomar un tentempié y conectarnos a internet antes de empezar nuestra excursión.
El lugar de encuentro para el tour era en el puerto y allí embarcamos en un barco de tamaño medio, con una parte inferior cubierta y acristalada y una parte superior semicubierta, que es el lugar elegido por nosotros para la travesía. Viendo el barco, algo mayor que llega a puerto con los componentes de la excursión de las ocho de la mañana, me alegro infinitamente de haber tomado la de las doce pues, a pesar de ser un barco más grande, está abarrotado de gente y seguro que realizar fotos desde la cubierta fue bastante más complicado que en el nuestro que, todo y siendo un barco algo más pequeño, iba tan sólo con un tercio de su capacidad lo que permitía que nos pudiéramos mover por todo el barco con amplitud.
El barco navega lentamente las islas que rodean la ciudad, todas ellas habitadas con pequeñas casas de madera y sus embarcaderos y por supuesto, pasamos muy cerca del Statendam con lo que tenemos una visión de este desde todos los ángulos. A lo lejos, altas montañas, algunas con nieve que muestran un paisaje magnífico, un decorado excelente para fotografiar en un día de sol tan espectacular. 


Conforme se aleja del puerto, vamos aumentando de velocidad, navegamos en mar más abierto hacia una zona de nuevo, rodeada de islas y altas montañas donde unas alegres y juguetonas nutrias son los primeros ejemplares que nos dan la bienvenida. En las rocas podemos ver aves y también algunas focas tumbadas al sol. Nos seguimos adentrando en las aguas calmadas y de nuevo podemos ver nutrias totalmente tranquilas, posando para nuestras cámaras y jugueteando entre ellas con mucha tranquilidad y sin ningún signo de sentirse agobiadas por la presencia humana. Y de repente, la voz del patrón del barco que nos avisa de que a lo lejos podemos ver un oso. Magnífico!!! Quizás de todos los animales que pudimos ver, este era el que más ilusión me hacía en todo el viaje porque no es fácil verlos en libertad.


La vegetación de grandes abetos que nos rodea conforma,  junto con los pequeños riachuelos, pequeñas cascadas y las aguas tranquilas, un escenario perfecto para relajarse y disfrutar del entorno.
Durante la navegación, una de las tripulantes nos muestra estrellas de mar y algunas partes de ballena para ilustrarnos sobre los habitantes de la zona.
Nuestro barco cambió el rumbo hacia el lado opuesto de la bahía, en una zona de aguas mucho más abiertas para poder acercarnos a las grandes protagonistas de la jornada: las ballenas.
Durante todo el viaje habíamos podido contemplarlas en varias ocasiones, a lo lejos y no tan lejos del barco, se podían ver los chorros que expulsan por su orificio nasal lo cual advertía de su presencia. Pero en esta ocasión estaban realmente cerca y se recreaban en sus movimientos junto a nuestro barco. Pudimos ver muchas y fotografiar sus colas al sumergirse, esa imagen espectacular tan ansiada por los turistas.


En total, tres horas muy completas en las que pudimos ver diferentes especies, tal y como garantizaban los organizadores de la excursión. Totalmente recomendable.
Ya de regreso al barco, en vez de devolvernos al puerto para tomar el tender de regreso al barco, el propio barco de la excursión se acercó a la plataforma donde desembarcaban los tender y desembarcamos en el Statendam directamente. Una ventaja más de realizar la excursión en el segundo turno ya que como la hora de regreso es muy cercana a la hora de partida del barco, para finalizar el embarque de los pasajeros más rápidamente, nos ahorramos un trayecto. Genial!!!


Y empezamos nuestro camino de regreso hacia el continente dejando atrás las fascinantes tierras de Alaska con sus paisajes enigmáticos entre nubes y glaciares abrazando las altas montañas y sus curiosas poblaciones, cada una con sus particularidades, muy coloristas y algunas de ellas herederas de un pasado ruso que muestran con mucho orgullo. Unas tierras lejanas pero maravillosas que hay que descubrir y disfrutar.

Unas cuantas imágenes de Sitka y la excursión realizada para que veáis la belleza del lugar y algunas cosas  que se pueden hacer y visitar.




Crucero por Alaska - GLACIAR HUBBARD
Publicado el 05 de noviembre de 2015 por Alicia.


Llegamos al glaciar con un par de horas de retraso sobre el horario previsto debido a un incidente que tuvo lugar la tarde anterior, poco después de salir del puerto de Kodiak.
Al parecer un pasajero se indispuso gravemente y eso hizo que el capitán se pusiese en contacto con la marina de Kodiak para coordinar la evacuación en helicóptero. El barco ralentizó su marcha hasta la llegada del helicóptero para que se pudiera realizar la maniobra. Por supuesto, prohibieron la salida a las cubiertas exteriores y que se realizasen fotos con flash, para evitar el correcto desarrollo de toda la operación. Una vez finalizada, el barco siguió su ruta a la velocidad normal.


El Glaciar Hubbard es inmenso, una gran pared de hielo con todas las tonalidades de azul que podamos imaginar y que ofrece una visión impresionante y majestuosa. Al contrario que el Glaciar Sawyer que está al final de un fiordo, este es muy abierto y se ve desde alta mar. Eso es lo que hace que a mí particularmente me parezca más curioso y original el primero. Pero no hay que quitarle espectacularidad. 
Como siempre, es posible ver pedazos de hielo flotando alrededor del barco, algunos de un tamaño considerable y también se puede ver perfectamente la lengua de hielo que desciende por la montaña. Algunas focas reposan tranquilamente sobre los trozos de hielo desprendidos junto al glaciar.
También tuvimos la oportunidad de ver como se desprendía el hielo en varias ocasiones y del atronador ruido que se oye cuando eso ocurre. Es impresionante.


En esta ocasión pudimos encontrar realizando también la visita al glaciar al Seven Seas Navigator de Regent. La pena es que el día no acompañaba. Este junto con el día de Juneau, fueron los dos únicos días de lluvia intensa que encontramos durante el viaje. Eso impedía podes hacer fotos correctamente desde la proa del barco pero, afortunadamente, en el Statendam se puede recorrer todo el barco por la cubierta de paseo y eso hace posible que se pueda contemplar el magnífico escenario desde cualquier punto y sin mojarse.
Como siempre, Holland America colma de atenciones a sus pasajeros y ofrecía chocolate bien caliente para combatir las frías temperaturas y el viento que hacía ese día. Además, una narración en inglés iba explicando todo lo que se podía ver desde la posición del barco.



El Statendam permaneció tres horas en la zona para el disfrute de todos los pasajeros y ya cuando empezó a retirarse, también las nubes empezaron a dejar pasar algún rayo de sol, como casi todas las tardes por aquellas tierras.

Os dejo un completo reportaje fotográfico del glaciar con todos sus detalles.

Crucero Japón
Publicado el 02 de noviembre de 2015 por Antonio.

Aunque este blog ha nacido hace poco, nosotros llevamos tiempo viajando por lo que iremos intercalando, entre lo actual, comentarios de viajes anteriores que esperamos también sean de interés y utilidad para futuros viajeros.

Nuestro crucero a Japón lo realizamos el pasado mes de julio de 2014 a bordo del Diamond Princess.

Japón es uno de los destinos más exóticos del mundo para los occidentales, el choque de culturas, el modo de concebir la vida y las relaciones personales es realmente muy diferente al nuestro, quizás por eso y por sus preciosos paisajes o sus impresionantes templos, especialmente los situados entre la naturaleza este es, para mí, uno de los viajes con los que siempre he soñado.  Julio es un buen mes para esta ruta, pero si podéis venid en primavera, cuando los cerezos están en flor.

Nuestro crucero comenzaba y finalizaba en Yokohama, el puerto de Tokio y en nuestro caso alargamos el viaje unos días antes y después del crucero para visitar algunas zonas que no era posible ver con el barco.

Volamos con KLM contratando directamente en su página web la ida a Tokio 13:30h de vuelo más tiempo de escala aparte y vuelta desde Osaka 14h de vuelo escala aparte. En ambos casos la escala fue en Amsterdam. No hubo ningún incidente, todo salió como era de esperar vuelos, maletas, a tiempo y en orden. Lógicamente algo pesado por las horas de vuelo, pero la ilusión del viaje lo compensa con creces

Para desplazarnos, tanto al llegar, del aeropuerto de Tokio a la ciudad, como al volver, de Osaka al aeropuerto utilizamos el tren, el tren en Japón es el mejor medio de transporte con diferencia, pero de los transportes os daré más detalles en la siguiente publicación.

El barco, Diamond Princess, pertenece a la clase "grand", desplaza 115.875 toneladas y su velocidad es de 22 nudos. Con una capacidad para 2.670 pasajeros y 1.100 tripulantes, tiene excelente ratio entre tonelaje y tripulantes por pasajero y eso es algo que se nota en los días de navegación por la comodidad y la "no" aglomeración en las estancias comunes. Curiosamente, este barco está construido en Japón (en 2004), aunque tiene bandera  de Bermudas. Cuenta con un total de 18 cubiertas y 285 metros de eslora por 36 metros de manga.

La decoración del barco es elegante y de suaves colores, muy bonito. Como he indicado en el párrafo anterior, la sensación dentro es de comodidad y holgura, sin agobios de gente en ningún sitio. Destacar el teatro con excelente visibilidad y la diversidad de rincones donde relajarte y sentirte a gusto.

Cuenta con cuatro piscinas, la de proa, en la zona de relax, permite nadar contra corriente para hacer ejercicio, la central y más grande con espacio para juegos y actividades, una tercera, también en el centro pero más hacía popa, cubierta lo que permite disfrutar de ella bajo cualquier clima y por último la de popa con excelentes vistas al mar desde su pequeño anfiteatro donde puedes sentarte y contemplar la estela que deja el barco.

La restauración, como es habitual en Princess, es simplemente excelente, en esta ocasión además con multitud de platos orientales como es lógico, en el pasaje contamos con un nutrido porcentaje de japoneses, chinos y otros oriundos de la zona.

La tramitación del embarque y desembarque muy bien organizado, rápido y eficiente.

Sobre las escalas hablaremos de cada una por separado pero todas ellas están llenas de cultura, tradición y bonitos rincones para descubrir.

Princess ofrece excursiones en todos los puertos aunque nosotros las hicimos todas por nuestra cuenta, no os perdáis las siguientes publicaciones para descubrirlo. Esta es la ruta.



Conclusión una ruta muy recomendable, llena de tradición, cultura, paisajes y un pueblo con un sentido del respeto, del civismo y la honorabilidad del que nosotros, por desgracia, estamos a años luz.

Crucero Capitales Bálticas - REGAL PRINCESS
Publicado el 30 de octubre de 2015 por Antonio.


Para finalizar las publicaciones sobre nuestro crucero por las Capitales Bálticas os comentamos algunas cosas sobre el barco.


El Regal Princess es sin duda impresionante desde fuera, tiene una imagen magnífica, con un desplazamiento de 141.000 toneladas, 330 metros de eslora, 38,4 metros de manga y un total de 19 cubiertas es uno de los grandes buques de pasajeros que navegan hoy día por los mares de todo el mundo. Una de las cosas que más me maravillan de estos grandes barcos es que tienen un calado mínimo, en este caso 8,5 metros, impresionante la ingeniería y el reparto de pesos.


Hizo su viaje inaugural el 20 de mayo de 2104 por lo que es un barco nuevo, con todos los adelantos y novedades técnicas actualizadas. Tiene una capacidad para 3.560 pasajeros y 1.346 tripulantes y por supuesto todo tipo de restaurantes, bares, terrazas, casino, pista de deportes, gimnasio, minigolf y un largo etc., que incluye cuarto de lavandería y plancha en autoservicio.

Una vez en el barco se respira espacio, no hay aglomeraciones, el ratio espacio/pasajero está bastante bien proporcionado y te permite moverte por casi cualquier sitio con total tranquilidad y sin agobios, su decoración elegante y nada estridente contribuyen aun más a mejorar la sensación de comodidad y relajación.


Para que no todo sean "flores" decir que en comparación con otros barcos de Princess en los que hemos viajado, aquí se han suprimido salones en favor de más zonas donde tomar algo, si bien es cierto que nadie te agobia si te sientas y no deseas tomar nada.

Otra pega, a mi entender importante, es que no dispone de piscina cubierta y eso en ciertas rutas, como la nuestra de Báltico, es un fallo ya que no permite disfrutar de esta parte del barco.


Dicho esto, el resto es excelente, empezando por los camarotes con una amplitud muy aceptable, el atrio muy elegante y decorado con mucho gusto, el teatro con las butacas en escalera y sin columnas, lo que permite una visibilidad perfecta desde cualquier sitio y los espectáculos que ofrece todos ellos de primer nivel.


El servicio en el buffet merece un excelente, en este caso además han realizado una modificación en la distribución (sobre otros barcos Princess que conocemos) mucho más ergonómica, que permite transitar tanto entre las zonas de comida como entre las mesas con más naturalidad y comodidad.

En el restaurante para las cenas escogimos el turno "any time" que funcionó a la perfección, sin esperas ni para entrar ni para el servicio una vez sentado.


Además de en la distribución y ergonomía del buffet, en la comida, Princess se merece otro excelente, independientemente de si comemos en buffet, restaurante, cafetería..., todo estaba delicioso y exquisitamente cuidado al máximo en los detalles. Por otra parte, también es de agradecer el hecho de que, aun contando con un  amplio horario de comidas, Princess, sigue ofreciendo restauración las 24 horas en una cafetería con ensaladas, bocadillos y repostería.


En las cubiertas exteriores hay que destacar la zona de relax situada en la proa donde, alrededor de la piscina, hay pequeñas "villas" que se pueden alquilar para pasar un rato relajado o recibir un masaje en un ambiente tranquilo.


Como siempre las imágenes dicen más que las palabras, aquí tenéis una muestra espero que os guste

Crucero por Alaska - KODIAK
Publicado el 27 de octubre de 2015 por Alicia.



Kodiak es una ciudad portuaria rodeada de verdes montañas repletas de abetos. El paisaje es impresionante. Kodiak da nombre a una especie de oso autóctono de gran tamaño, lo protegen al igual que controlan la caza y la pesca de otras especies. A simple vista no parece una ciudad muy turística. Sus amplias calles están bastante vacías y no hay mucho comercio. Eso sí, cuenta con muchos museos y edificios históricos y su cultura e historia la hacen muy atractiva para el visitante.
El barco atraca a una cierta distancia del centro de la ciudad pero una vez más, la naviera dispone autobuses lanzadera para acercar a los pasajeros de manera gratuita.


El lugar donde paran los autobuses lanzadera está justo frente a la oficina de turismo, un lugar muy interesante pues no sólo ofrece mapas e información turística si no que acoge también el Kodiak National Wildlife, un pequeño espacio repartido en dos plantas donde se muestra muy gráficamente la vida de los osos Kodiak y de otras especies. También se puede contemplar en su interior el esqueleto de una ballena gris. Muy interesante.
Al otro lado de la calle se encuentra el museo Baranov. El museo está ubicado en el edificio más antiguo de Alaska, la casa Erskine y muestra la historia de Kodiak a través de los tiempos, desde la época Alutiiq pasando por la época Rusa y hasta la compra por parte de USA y llegando a los tiempos actuales. Se pueden ver exposiciones permanentes y temporales.


Como acabo de comentar, Kodiak fue colonizada por Rusia y han quedado muchos vestigios de esa época. El primero que encontramos es la Holy Resurrection Church, una iglesia de madera, blanca y con unas cúpulas azules muy típicas de las iglesias ortodoxas.
Siguiendo la calle Mission desde la iglesia, nos encontramos con el museo Alutiiq. Los Alutiiq eran los pobladores indígenas de Kodiak y su lengua pertenece a la familia de las lenguas esquimales. En el museo se pueden ver diferentes objetos y se encargan también de la preservación del idioma y la cultura.


Un poco más adelante nos encontramos con el seminario St. Herman, una pequeña iglesia de madera de bonitas cúpulas azules y un interior muy bello.
Desde allí subimos hacia el puente de Alimaq Dr. Desde donde hay una buena vista de la ciudad, de las montañas que la rodean y del puerto donde está atracado el Statendam.
Ya de regreso al barco, encontramos varias casas de madera, una iglesia Bautista y un bar con un interior interesante.
La vuelta se hace de nuevo en el autobús lanzadera y como siempre, de manera muy ordenada.
Durante las siete horas de escala, la naviera ofrece como siempre una gran variedad de excursiones para pescar, visitar un parque natural, avistar fauna terrestre y marina o simplemente visitar la ciudad repasando su historia.



Os dejo algunas fotos más.

Crucero por Alaska - HOMER
Publicado el 25 de octubre de 2015 por Alicia.


Homer es una población pequeña y dispersa pero muy visitada y turística por ser un lugar ideal para la pesca. La llaman la capital del halibut. Desde la ciudad sale una enorme lengua de tierra de casi 7 Km conocida como  The Spit, lugar donde se halla el puerto y también donde atracan los barcos de crucero. Aquí también encontraremos amplias playas para pasear.
La compañía naviera, en este caso Holland America proporcionó un sistema de autobuses lanzadera desde el puerto hasta el centro de The Spit, concretamente para muy cerca de The Salty Dawg Saloon. Una vez allí se puede tomar el Trolley turístico que va haciendo paradas donde se puede bajar y subir según la conveniencia durante el horario de funcionamiento. El precio es de 12$. Este sistema permite acceder a la ciudad ya que, a parte de los taxis, no hay otro sistema de transporte para salvar esos 7 Km de distancia.


De todos modos, la naviera también proporcionó un servicio de bus turístico que partía desde el muelle donde atraca el barco hacia la ciudad y en el que también se podía subir y bajar varias veces en diferentes lugares. El precio es de 14$ y si se quiere ir al Spit, igualmente hay que tomar el autobús lanzadera para visitarlo porque el autobús turístico no para allí.
Amaneció un día bastante nublado y fresquito, que no invitaba mucho al paseo así que mi opción fue visitar The Spit tranquilamente para tener una primera toma de contacto con el lugar.


The Spit es un conjunto de casitas de madera, pintadas en diferentes colores, el puerto donde llegan ferrys, barcos de pesca y los cruceros, un camping básicamente de caravanas y un pequeño resort. Unas playas inmensas donde no creo que se bañe nunca nadie por las temperaturas tan bajas que hay pero donde se puede dar un paseo tranquilo y agradable.
Las pequeñas casas de madera albergan tiendas de recuerdos y artesanía local, bares y restaurantes donde el pescado es el anfitrión. Es un lugar destinado al turismo.


El local más emblemático es The Salty Dawg Saloon, un bar de lo más curioso, “empapelado” literalmente de billetes de dólar. Vale la pena entrar a echar un vistazo o a tomarse algo en un lugar tan singular.
Paseando por el Spit encontraremos un monumento a los hombres del mar, Seafarer’s Memorial. En una población como Homer, que vive de la pesca, es normal encontrar un homenaje a aquellos que han perdido su vida en el mar.
Como ya he dicho, el día estaba bastante nublado y eso junto con saber que no es una ciudad de grandes monumentos hizo que al final me decidiera simplemente por pasear por las tiendas y no llegar a la ciudad. Resultó un paseo tranquilo y entretenido.


La escala en Homer es de 6h y la naviera, como siempre ofrece excursiones diversas para visitar la ciudad y la naturaleza de la zona.
Por la tarde, cuando ya partíamos hacia nuestra nueva escala, salió el sol, algo bastante frecuente en este viaje, se despejó muchísimo y pude despedirme de los bonitos colores de Homer.




Os dejo más imágenes.

Crucero por Alaska - ANCHORAGE
Publicado el 22 de octubre de 2015 por Alicia.

Anchorage es la ciudad más grande y extensa de Alaska. Cuenta en su downtown con algunos edificios altos, tiene grandes avenidas para recorrerla y es tan amplia que resulta imposible visitarla al completo en una simple escala de crucero. Quizás carece del encanto de construcciones típicas como las que se encuentran en Ketchikan o Juneau pero a mí me pareció una ciudad atractiva. Posee todo tipo de ofertas de ocio como en cualquier gran ciudad y suele ser la puerta de entrada de mucho del turismo que visita Alaska. Rodeada de montañas y de cara al mar, ofrece muchísimas posibilidades para disfrutar de la naturaleza y la fauna de la región.
El puerto donde atracan los cruceros está bastante alejado del downtown y no se puede caminar por el. Por ese motivo la naviera proporciona un sistema de autobuses lanzadera que se traslada desde la terminal de cruceros hasta la quinta avenida donde se encuentra el Centro de Convenciones. Hay varios de estos autobuses que hacen el recorrido con frecuencia. Casualmente el que tomamos nosotros por primera vez llevaba el logo de Holland America, incluso en la tapicería.


Justo detrás de este edificio se encuentra la oficina de turismo. La oficina es muy completa. Tiene todo tipo de información y mapas sobre la ciudad y el estado, además de gestionar numerosas excursiones, todas ellas muy interesantes. El personal es muy amable y además tuvimos la suerte de encontrar a una señora que entendía y hablaba algo de castellano que había aprendido en su juventud cuando hizo una estancia en España.
Frente a la oficina de turismo se puede tomar un pequeño trolley que hace las veces de autobús turístico.
La verdad es que, a pesar de tratarse de una ciudad enorme, el centro, que es donde se encuentran muchas de las atracciones de la ciudad, se puede recorrer caminando. Y eso fue lo que hicimos, dar un paseo por el downtown de Anchorage.


Además, el clima era extraordinario. Un día muy soleado y con temperaturas que invitaban a lucir los brazos, algo que ya no sabíamos que existía después de las frías temperaturas que habíamos tenido en días anteriores.
Recorrimos la cuarta avenida donde se encuentran numerosos bares y restaurantes, tiendas de todo tipo y centros comerciales.
Contiguo a la oficina de turismo se encuentra el Old City Hall. En la misma acera, algo más adelante, una casa con tejados verdes, es el lugar donde se encuentra el Wendler Building o Club 25. Antiguamente, en estas latitudes era complicado para las mujeres entrar en los bares y cafeterías. Por ese motivo se creó este lugar, sólo para las féminas. Frente a la puerta se encuentra una escultura de un perro, monumento a los que realizaban y realizan carreras con perros y a estos últimos.


Al otro lado de la avenida encontramos la Rotary Square muy cerca de un centro comercial algo desangelado, el 4th Avenue Market Place. Eso sí, en uno de sus pasillos encontramos mucha información sobre la actividad sísmica de la zona, con paneles explicativos sobre todo de uno muy importante que tuvo lugar en el año 1964.
Vamos a encontrar por toda la ciudad innumerables figuras representativas de animales y muchos en las tiendas como reclamo para atraer al visitante. También encontramos algunos Tótems. La verdad es que hace que el paseo sea distraído y agradable. Están muy dedicados al turista.
De nuevo en la quinta avenida nos encontramos con el Town Square Park, una plaza grande con jardines llenos de flores y algo más adelante, la Holy Family Cathedral, un bonito edificio blanco inmaculado, de líneas muy simples, que se empezó a construir en 1915, el mismo año en que se fundó la ciudad. Es una catedral católica.


Desde allí caminamos hacia la playa y por el camino encontramos una escultura dedicada a los viajes del capitán Cook antes de llegar al Eldeberry Park. Un parque muy extenso junto a la playa donde se encuentra la Oscar Anderson Park, una casa de madera donde se recrea como vivían los primeros habitantes de la ciudad.
De regreso a la zona de la oficina de turismo, volvemos a pasar por innumerables tiendas, bares y restaurantes. Encontramos también algunos edificios administrativos, algunos Tótems y el teatro Fourth Avenue que está cerrado y abandonado. Una verdadera pena pues se trata de un edificio Art decó que en su momento lució con gran esplendor. Enfrente se encuentra el Federal Building.


De regreso al barco, ha bajado muchísimo la marea. Es uno de los lugares donde mejor se puede observar este fenómeno por lo exagerado que es y encontramos pescadores aprovechando la ocasión. Por la tarde tuvimos la ocasión de ver cómo iba subiendo y realmente es espectacular.
Almorzamos en el barco porque la escala era larga, 16 horas. Por la tarde, después del almuerzo aprovechamos para regresar de nuevo al downtown donde ya por la mañana habíamos estado en un gran centro comercial de la quinta avenida, con muchísimas tiendas y en el que en el último piso hay un gran Court Hall, lugar para comer o beber cualquier cosa y que dispone de conexión WiFi sin límite y a gran velocidad, gratuita. Es un espacio muy amplio y tranquilo, bien iluminado y nos sirvió para aprovechar y conectarnos al mundo.


En esta larga escala la naviera ofrece, como siempre innumerables excursiones sobre todo para disfrutar de la naturaleza y la fauna pero también para visitar la ciudad.
Yo pasé un día muy agradable y tranquilo en una ciudad que me sorprendió muy agradablemente y que finalizó con una bonita puesta de sol.

Os dejo más imágenes. 

Crucero Capitales Bálticas - ESTOCOLMO
Publicado el 20 de octubre de 2015 por Antonio.

Estocolmo es nuestra última escala de este interesante crucero por las capitales bálticas.  La llaman la Venecia del Norte y es una ciudad abierta, llena de edificios de singular arquitectura, numerosos parques, jardines y canales.

El barco fondea en Nynashamn, así que toca realizar un pequeño periplo para llegar a nuestro verdadero destino de hoy.
El trayecto hasta Estocolmo se puede realizar cómodamente en tren. El recorrido dura 1h y 10 minutos y los trenes salen cada 15 o 20 minutos en ambos sentidos por lo que es una opción fiable y barata.

En nuestro caso, además, para aprovechar todo el tiempo posible, nos aseguramos de coger el primer tender para desembarcar. El tender nos dejó un poco alejados del centro, en un pequeño embarcadero situado a 1,5 km. aproximadamente de la estación de ferrocarril de Nynashamn, así que caminamos unos 15 minutos hasta llegar allí.

Los billetes los venden en un pequeño puesto de comida, chuches y bebidas que hay junta a la estación y el precio del billete sirve para los transportes urbanos de Estocolmo, cosa que nos resultó muy útil ya que queríamos visitar las bonitas y originales estaciones de metro.

El trayecto se hace corto y más si vas repasando la ruta que tienes preparada. Por cierto al llegar a la estación central de Estocolmo todos teníamos ganas de ir al lavabo y aquí se paga, está "super" organizado, hasta puedes pagar con tarjeta, en nuestro caso fue una suerte porque en ese momento no teníamos moneda local y teníamos cierta "urgencia".

Salimos de la estación dando un pequeño paseo hasta alcanzar el Ayuntamiento, teníamos intención de entrar pero las entradas van con horario y la siguiente visita guiada en español no nos cuadraba para acabar el recorrido, además ya habíamos entrado en otro viaje anterior por lo que decidimos hacer fotos por fuera y seguir, yo os aconsejo entrar si podéis vale la pena.


El Ayuntamiento está construido con 8 millones de ladrillos rojos, sus fachadas así como su torre, de 106 metros de altura, son una de las imágenes más famosas de Estocolmo. Su interior es muy bonito con grandes salones uno de los cuales, la Sala Azul, alberga cada año el banquete de la entrega de los Premios Nobel.



En su parte externa tiene un gran patio interior y una terraza en la parte del canal desde la que tenemos una bonita vista.



Dejamos el ayuntamiento y seguimos a pie hacía Gamla Stan cruzando el puente peatonal junto a las vías del tren. Desde el otro lado del puente, en la isla Riddarholmen se tiene una bonita vista del Ayuntamiento.


Tanto Riddarholmen como Gamla Stan son dos islas con uno de los centros, de ciudad medieval, más grandes y mejor conservados de Europa, pasear por sus estrechas calles te traslada directamente a otra época.
Lógicamente ahora están llenos de restaurantes, cafeterías y tiendas pero esto no quita belleza ni historia a sus edificios y monumentos.

Nuestra ruta por estas dos islas siguió más o menos este itinerario.

La iglesia de Riddarholmskyrkan en la que hay enterrados algunos reyes suecos. Su campanario se divisa desde muchos puntos de la ciudad.


En Riddarholmen, a parte de la iglesia, hay una gran cantidad de edificios históricos, entre los que podemos destacar, el Stenbockska Palatset, un palacio del siglo XVII de los mejores conservados de la isla y frente a este se encuentra el Wrangelska Palatset, cuya torre sur formaba parte de una antigua fortificación del siglo XV.

Salimos de Riddarholmen cruzando el Puente Riddarholmsbron y entramos en Gamla Stan.
Lo primero que encontramos es Riddarhuset o Casa de la Nobleza, un edificio a menudo calificado como el más bello de la ciudad.



Justo a su lado por la misma calle (es la casa de al lado) a la izquierda está el Bondeska Palatset, un palacio del siglo XVII residencia de varios nobles y antigua sede del Tribunal Supremo. A veces está abierto, pero no merece la pena entrar.


Desde aquí cruzamos la plaza y alcanzamos, Stora Nygatan, una de las principales calles de gamla Stan, la recorremos hacía el sur para acabar en la plaza Kornhamnstorg. Esta plaza debe su nombre a que era el puerto donde llegaba el grano proveniente de las ciudades del lago Mälaren. Atravesando la plaza se llega a orillas de la isla de Gamla Stan y al canal de Söderström, que separa el casco antiguo de Södermalm. Desde este punto hay bonitas vistas de Södermalm.

Ahora caminamos hacia el norte esta vez por Västerlånggatan, sin duda, la calle más animada de Gamla Stan. Al principio de esta calle, concretamente en el número 81, hay una curiosidad muy visitada por los turistas. Se trata del callejón de Mårten Trotzigs Grand, el más estrecho de la ciudad con 90 cm de ancho. La entrada al callejón parece la puerta de entrada a una casa y es uno de los lugares más fotografiados de Estocolmo.


Continuamos paseando por Västerlånggatan, que cruza de sur a norte el casco histórico. Antiguamente era una calle que quedaba fuera de la ciudad, bordeando las murallas. Hoy en día está lleno de tiendas y de turistas, sobre todo conforme nos acercamos a Stortorget.

Antes de alcanzar Stortorget nos desviamos para echar un vistazo a la
iglesia de Tyska Kyrkan, cuyo imponente campanario domina Gamla Stan. La "iglesia alemana" es un símbolo del dominio alemán que ejercía la Liga Hanseática sobre estas tierras durante el siglo XVIII. Os recomiendo entrar ya que el interior es muy interesante.


En vez de seguir hacia el norte, decidimos ir hacia el este para no dejar de ver esa parte de la isla. Tomamos Svartmangatan, literalmente "calle de los hombres negros" en alusión al convento de monjes dominicos que había en ella. Es una de las calles más antiguas de la ciudad, mencionada ya en el siglo XV.

Ahora tomamos, Österlånggatan, es la calle principal de la parte este de Gamla Stan. Al igual que Västerlånggatan, se usaba para entrar y salir de las murallas de la ciudad. Aunque hoy en día está menos frecuentada que Västerlånggatan, conserva muchos restaurantes y tiendas de interés.

Caminando por Österlånggatan pasamos junto al Köpmanbrinke, una especie de calle elevada famosa por su estatua de San Jorge y el dragón, una copia en bronce de la original ubicada en la catedral de Storkyrkan.


A continuación nos acercamos a Skeppsbron, una calle que bordea toda la parte este de la isla de Stadsholmen. Desde aquí hay buenas vistas de la isla de Skeppsholmen, de Södermalm, del Katarinahissen y del magnífico velero albergue STF af Chapman, que desde este lado tiene una bonita foto.


Regresamos hacia el norte del casco antiguo y vamos a
Stortorget. Es la plaza más antigua de la ciudad, y está rodeada por edificios históricos de los siglos XVII-XVIII. El más importante es el antiguo edificio de la bolsa o Börshuset, donde actualmente la Academia Sueca anuncia el premio Nobel de literatura. De hecho, en este edificio hay un museo dedicado a los diferentes ganadores de los Nobel.


En este punto conviene mirar la hora, a las 12:15h hay cambio de guardia en el Palacio Real así que nos apresuramos para verlo.

El Palacio Real es uno de los más grandes de Europa y residencia oficial de Su Majestad el Rey de Suecia. Está abierto al público.
Fue construido en gran parte durante el siglo XVIII en estilo barroco italiano. Cuenta con más de 600 habitaciones y salas de recepción con espléndidos interiores de los siglos XVIII y XIX. También puede ver el Museo de Antigüedades, el Museo coronas Tre y el Tesoro de Gustavo III. El Palacio Real también contiene la Armería, con trajes reales y armaduras, así como carros de coronación y magníficos entrenadores de la Real Estable.


Junto al Palacio Real se encuentra, Storkyrkan, la catedral de Estocolmo que tiene más de 700 años de antigüedad. Su fachada barroca no es nada espectacular (la mejor vista es desde Slottsbacken). Su interior gótico es más interesante, con una gran cantidad de tesoros artísticos. El más importante es la estatua de San Jorge y el dragón, que data del siglo XV.

Bordeamos el Palacio y salimos de Gamla Stan por el puente Strömbron para llegar a la estación de metro de Kungsträdgården, que está junto al parque detrás de la Opera.

A partir de aquí hicimos un recorrido por las estaciones de metro que habíamos seleccionado previamente y que para nosotros tenían más interés, hay muchas cada una con su particular color, decoración etc. si tenéis curiosidad en el video podéis verlas e identificarlas con el nombre que ponemos a pie de foto. Esta es un ejemplo


Esto se acaba, tras nuestro viaje en metro volvemos a la estación central para tomar el tren de vuelta a Nynashamn y allí el tender al barco. Nos queda un día de travesía para desembarcar en Copenhague y volver a casa.

Hasta el siguiente relato aquí tenéis algunas imágenes de Estocolmo, espero que os gusten.