Norwegian EPIC. Mediterráneo y Atlántico. Segunda parte.
Publicado el 18 de abril de 2016 por Alicia.
Publicado el 18 de abril de 2016 por Alicia.
El Barco
El barco, si bien
exteriormente seguimos pensando que es muy antiestético, nos sorprendió
gratamente con unos interiores renovados recientemente y que le dan un aire muy
tranquilo y sobrio. Hay que recordar que
se trata de un barco de 329,5 m de eslora y 40,54 m de manga, es decir, de
grandes dimensiones, que tiene una capacidad de 4100 pasajeros y estaba en su
máxima capacidad. Dispone de camarotes muy diversos, tanto en tipos como en
número de ocupantes ya que ofrece cabinas diseñadas especialmente para gente
que viaje sola y también cabinas con ocupación de hasta seis personas. En las
cubiertas 16 y 17 se encuentra una zona denominada The Haven, un lugar
exclusivo para el uso y disfrute de los pasajeros acomodados en las suites con
el mismo nombre y que cuenta con restaurantes, salones, piscina, gimnasio y
cubiertas exteriores privadas.
Un amplio abanico para
satisfacer todas las demandas y para satisfacer todos los gustos y los
bolsillos.
Los camarotes están
disponibles a partir de la una de la tarde el día del embarque y hasta entonces
se puede aprovechar para disfrutar de las zonas comunes, que son muchas, tanto
en el interior como en el exterior. En nuestro caso, contábamos con una cabina
interior en la cubierta 14 y otra interior garantizada que, para nuestro
asombro, se convirtió en una cabina con balcón, algo que nos sorprendió
gratamente.
Nos parecieron algo pequeños
comparando con las dimensiones de los camarotes de otros barcos, a pesar de
jugar con las líneas curvas para evitar la sensación de estrechez. Eso sí, en
su interior tiene una buena distribución del espacio de manera que se pueda
colocar todo aquello con lo que viajamos. Pero hablemos del baño, algo que se
diseñó de manera totalmente diferente al resto de barcos y que tiene adeptos y
detractores por igual. La ducha y el wc están ubicados en zonas independientes,
a ambos lados del pasillo y cerrados con unas mamparas de cristal opaco. Hay
una cortina también opaca que separa esta zona del resto del habitáculo. El
lavabo y el armario del baño se encuentran dentro del camarote, junto o frente
a las camas. Nuestra opinión es que es un sistema que restringe bastante la
privacidad de algo tan íntimo como es ir al baño porque a pesar de la cortina y
de que las mamparas son opacas, se ve perfectamente la silueta de la persona
que está dentro y además, en el caso de la zona del wc, la junta de la puerta
corredera no es hermética y no aísla en absoluto de los olores. Tener el lavabo
en un mueble al lado de la cama, hace que en muchas ocasiones salpique agua y
se moje la moqueta.
La realidad es que, después
de varios días a bordo te acostumbras al sistema pero no nos parece ni práctico
ni higiénico y nos quedamos con el sistema convencional que se encuentra en la
mayoría de los barcos donde el baño al completo tiene una zona individual
destinada para ese menester y que se puede utilizar de manera totalmente
independiente al resto del camarote.
Las instalaciones del barco,
como ya he comentado se encontraban en perfecto estado dado que se ha renovado en
los últimos meses. No sé si se ha decorado del mismo modo que estaba o no pero
la verdad es que nos ha gustado mucho. Los tonos utilizados son suaves y
luminosos en la mayoría de las áreas y resultan muy agradables.
La distribución interna del
barco también es bastante diferente a la mayoría utilizada en otros barcos y de
este modo encontraremos el buffet en proa, con amplios ventanales y decorado en
color crema que lo hace todavía más amplio de lo que es o el Spa situado en la
zona de popa y que está unido al gimnasio situado en la zona media del barco.
Esos cambios de distribución
nos trajo un poco de cabeza los dos primeros días, pues nos costó
acostumbrarnos a lugares que tenemos siempre bien localizados y que en este
caso nos costaba encontrar. Pero sólo un par de días, rápidamente te adaptas y
localizas aquellos lugares donde te sientes más cómodo en el barco.
Y una de las cosas que nos
ayudó fue comprobar que los pasillos, el de babor y el de estribor, están
decorados en colores diferentes. Los pasillos de babor estaban decorados en
color naranja (moquetas, paneles de las paredes, etc…) y los de estribor en
color azul. Ese código de colores va muy bien para orientarse a la hora de
buscar el camarote o de intentar localizar algún lugar del barco.
En el barco se encuentran dos
zonas de ascensores, una situada en popa y otra en proa. Ya nos hemos
encontrado otros barcos con un sistema parecido y aunque son muchos los
ascensores que hay en cada zona, no es un sistema muy práctico pues siempre hay
que ir a uno de los extremos del barco para subir o bajar por las distintas
cubiertas. Creo que los barcos que cuentan con una zona de ascensores situada
en la zona central, resultan mucho más cómodos.
Vamos a encontrar muchos
salones que se utilizan en ocasiones para realizar actividades de ocio diurnas
o que se convierten en rincones musicales por la tarde-noche. Como
curiosidades, el Ice Bar al que se accede debidamente equipado para soportar
las bajas temperaturas interiores, un intento de reproducción del mítico The
Cavern o una bolera que nos hará olvidarnos de que nos encontramos en alta mar.
La biblioteca es amplia,
tiene también algunos terminales para conectarse a internet y bastantes libros,
aunque desgraciadamente tan sólo contaban con unos diez libros en castellano.
En la cubierta 13, en proa,
se encuentra una pequeña sala decorada con barcos y placas de diferentes
puertos donde ha atracado el Epic. Tiene una ventana acristalada por la que se
puede ver al personal que hay en el puente de mando y también hay un radar para
ver en el lugar en el que se encuentra el barco en ese momento. Un lugar ideal
para curiosos!!!
El atrio es una zona muy
activa durante todo el día pues al ser un lugar que cuenta con mucho espacio es
tan versátil como para ser utilizado como cine, para concursos, para
espectáculos de animación, demostraciones culinarias o para actuaciones
musicales. Es una de las zonas más concurridas del barco junto con las
cubiertas cinco y seis donde encontraremos la mayoría de bares y restaurantes
del barco.
El teatro es muy amplio y con
buena visibilidad ya que no tiene columnas. Los asientos a partir de la fila
siete, cuentan con mayor inclinación y altura lo que hace que sea muy difícil
que la visión quede tapada por los espectadores de las filas delanteras.
Los espectáculos han sido una
maravilla. Nosotros hemos asistido a cinco de los siete que se ofertan y
realmente han sido fantásticos. El elenco de cantantes y bailarines es muy
bueno, de los mejores que hemos encontrado en un barco y las producciones
propias, espectaculares.
La oferta es amplia en cuanto
a horarios y días por lo que se puede asistir en más de una ocasión a ver un
mismo espectáculo. Nosotros reservamos todos los espectáculos el primer día
para la fecha y hora que más nos convenía y creo que es el mejor sistema para
asegurarte un asiento ya que lo reservan hasta diez minutos antes de empezar y
a partir de esa hora abren puertas para todo aquel que quiera entrar hasta
llenar el máximo de capacidad de la sala. Eso quiere decir que cuando se ha
llenado no permiten el acceso como en otros barcos y cierran puertas. Así que,
mejor reservar para verlos por primera vez y si se quiere repetir, se puede
intentar entrar en cualquier otro pase que se realice otro día.
La zona exterior es también
muy amplia con varias piscinas, jacuzzis y tres toboganes que hacen las
delicias de todo el mundo. Lástima que la temperatura del agua, a pesar de
estar climatizada, no lo está lo suficiente para los pasajeros de tierras más
cálidas como nosotros. Hay grandes espacios de cubierta con muchas tumbonas
para disfrutas de los días de sol.
Hay una amplia zona dedicada
al deporte, con un gran muro de escalada y una cancha para juegos, la más
grande que he visto hasta ahora en un barco. También hay una zona exclusiva
para los niños.
Si de algo se siente
orgullosa la compañía es del “Freestyle”, esa marca que publicitan
constantemente en todo aquello que se lleva a cabo en el barco. Ese sistema
libre, se ve reflejado en muchas cosas como en el sistema de desembarque que ya
he comentado, el hecho de no haber noches de gala y que la vestimenta algo más
formal simplemente, es una sugerencia en algunas noches concretas para aquellos
que quieran.
Ese “Freestyle” no provoca
que veamos a la gente mal vestida a la hora de la cena ya que, al menos durante
los días que nosotros hemos hecho el crucero, la tónica general es que la gente
se vestía de una manera más “arreglada” por las noches. Y eso, sin necesidad de
seguir ningún código de vestimenta.
Pero donde mejor se ve
reflejado ese sistema libre es en la gran oferta culinaria que hay a bordo. Son
muchos los restaurantes a los que se puede acudir a almorzar o cenar tanto
incluidos en el precio del crucero como con suplemento extra. Incluidos
encontraremos el buffet, que cuenta con un horario bastante amplio, dos
restaurantes convencionales, The Manhattan Room y Taste, cocina oriental en el
Shanghai’s y el Noodel o el servicio de 24 horas en el O’Sheehan’s donde se
puede degustar una amplia carta de cocina muy americana.
Pero si se quiere un plus,
podemos optar por otras opciones que tienen un cargo adicional y degustar
cocina francesa en Le Bistro, disfrutar del espectáculo culinario del
Tepanyaki, sabores orientales en el Wasabi, Sushi and Sake Bar, Italia en La
Cucina o disfrutar de buenas carnes en el Cagney’s Steakhouse o en el Moderno Churrascaría.
Y ya si queremos combinar una
buena cena con un espectáculo circense, Cirque Dreams seguro que cumplirá todas
las expectativas.
La calidad de la comida está
muy bien y es muy variada tanto en los restaurantes como en el buffet.
Cada restaurante tiene un
horario distinto y eso permite que se pueda elegir dentro de un margen bastante
amplio. Se pueden realizar reservas a una hora determinada para no tener que
esperar o bien simplemente ir al restaurante a la hora deseada. Si no hay mesa
en ese momento te dan un aparatito que emitirá una señal sonora y luminosa
cuando la mesa esté disponible. En nuestro caso, tan sólo la primera noche
tuvimos que esperar unos diez minutos y el resto de noches, entramos
directamente a la hora que nos convenía. En ese sentido, muy bien porque nunca
vimos acumulación de gente en ningún restaurante, no tuvimos que hacer cola ni
esperar a pesar de estar el barco completamente lleno.
El servicio también es muy
bueno. Al contrario de lo que he comprobado en los últimos años en otras
compañías con motivo de la crisis, en esta ocasión había mucho personal
constantemente dedicado a la limpieza y al servicio del cliente. El diario de a
bordo lo facilitan en castellano pero las cartas de los restaurantes están en
inglés. En una ocasión la pedimos en castellano y no tenían pero no dudaron en
ayudarnos con una persona de habla hispana para resolver nuestras dudas.
Como ya he comentado, el
barco estaba lleno, 4.100 pasajeros de los cuales nos dijeron que viajaban sólo
83 de habla hispana. Para tratarse de una ruta muy cercana a la península,
resulta curioso que la gran mayoría fuera de extranjeros pero suponemos que se
debe al hecho de viajar en una época poco vacacional. La mayoría del pasaje era
americano, inglés, canadiense, australiano, oriental y alemán. La media de
edad, no demasiado alta y varios niños que disfrutaban de la zona adaptada
especialmente para ellos. En general, un pasaje bastante educado y tranquilo.
El equipo de animación era
muy competente, con diversas actividades a bordo y con bastantes componentes de
habla hispana. Las actividades suelen ser en inglés pero no hay ningún problema
para que las traduzcan.
Y como última recomendación,
os podéis descargar en vuestro móvil la App “Norwegian IConcierge” antes de
embarcar y que luego se puede utilizar a bordo del barco sin coste para
consultar el diario de a bordo, reservar espectáculos, etc… Resulta útil.
En conclusión, hemos
disfrutado de once magníficos días de crucero en un barco que nos ha
sorprendido muy gratamente y que seguramente hará que volvamos a viajar con
Norwegian pues nos ha gustado bastante el sistema “Freestyle” y las opciones
que ofrece. Nos ha permitido conocer bien el barco y disfrutarlo. La ruta
resulta interesante y permite combinar el turismo cultural con el ocio y las
compras sin estresarse. Un crucero totalmente recomendable para todos los
públicos.
Y para los que quieran
conocer a fondo el barco, os dejo un reportaje fotográfico bien detallado de
todos sus rincones.
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